Hace ya varios cursos empecé a aplicar sistemáticamente una práctica muy sencilla para orientar mejor a los alumnos antes de una prueba escrita.
Consiste en proporcionar, por escrito, los contenidos que el alumno debe preparar para la prueba y algunas indicaciones sobre cómo será dicha prueba. Esta información se puede subir al entorno virtual del grupo.
Con una simple lista para cada apartado, el alumno puede visualizar con claridad qué debe saber y cómo se le va a preguntar.
¿Qué le aporta al alumno?
Visualizar con claridad los contenidos que debe preparar.
Disponer de una checklist para revisar lo que sabe y lo que debe trabajar.
Tranquilidad de poder consultar esta información en cualquier momento.
La oportunidad de preguntar al docente las dudas que surjan al preparar la prueba.
¿Qué beneficios aporta al profesor?
Comunicación clara y directa con el alumno.
Revisar lo trabajado y facilitar el aprendizaje del alumno.
Llegar con claridad a otras personas que puedan acompañar al estudiante (familia, profesores de refuerzo, profesionales externos…).
Orden y sensación de control sobre lo que se evaluará.
Puede parecer algo muy simple, pero todavía muchos docentes siguen utilizando el clásico "entra todo el tema 1" o "entra todo lo que hemos hecho en clase". Sin embargo, una pequeña guía estructurada puede marcar la diferencia en la forma en que los alumnos se preparan y afrontan las pruebas.
Mi experiencia con esta herramienta ha sido muy positiva. Los alumnos la piden cada vez que se acerca una prueba… ¡buena señal, no?
Que tengáis todos una fantástica semana
3 de febrero de 2025
Imagen creada con DALL-E Febrero 2025