📜 Hace años, cuando estudiaba la carrera de Historia, me enfrenté a uno de los mayores desafíos de mi vida académica: el latín y la paleografía medieval y moderna.

⏳Pasaba largas horas intentando descifrar textos antiguos, sumergido en las complejidades del lenguaje y la escritura de otros siglos. Fue una experiencia enriquecedora, pero también, en muchos momentos, sinceramente frustrante.

Algunos profesores me ayudaron, otros…🤐

🧠Este verano decidí revisar mi tesina de doctorado y, con curiosidad, probé a introducir algunos de sus datos en herramientas de IA generativa.

Las capacidades de traducción al latín de estas tecnologías son excelentes, y el análisis de datos—como la coincidencia de topónimos y nombres de personas—me mostró posibilidades que en su momento ni imaginaba. La IA no solo procesa la información de manera eficiente, sino que permite identificar patrones y relaciones que habrían requerido meses de estudio manual.

💡Esta experiencia me ha llevado a reflexionar sobre lo que hubiera supuesto contar con esta tecnología. Mis estudios habrían sido más significativos, y mi tesina, sin duda, habría alcanzado un nivel superior. No es solo una cuestión de ahorro de tiempo, sino de enriquecer la investigación y hacer accesible un conocimiento que, de otra forma, podría haber quedado oculto.

🔑Hoy, más que nunca, veo indispensable formar y preparar a nuestros alumnos en el uso de estas herramientas. Es fascinante pensar en el enorme potencial que la IA generativa  nos ofrece, abriendo puertas que, hasta hace muy poco, estaban cerradas para todos, salvo para los especialistas.

Noviembre 2024